domingo, 24 de abril de 2016

Historia de un casi amor.

¿Y cómo comenzar el primer escrito de este -terrible hasta hoy- año nuevo?
Podría empezar contando que mi mente inventó una historia, un cuento drástico y malicioso, de una pobre tonta que casi conoce el amor.
 Hubo una joven, quizá existió alguna vez, que un día tropezó con algo maravilloso. Le comentaron que eso era amor, pero... hasta ese momento la incrédula no aceptaba la existencia de "aquello". Resultó ser que la vida se le rió en la cara. La muchacha, cansada de los golpes del amor, había dejado de creer en el completamente... hasta que el azar la cruzó con un extraño mago de la risa. La risa, la alegría -aparente o real- era lo más preciado para la pobre desdichada. Y el mago vino a regalarle un trozo de alegría... Que le llenaría el alma. Por tan poco tiempo...
Se conocieron. Riéron y vieron amaneceres... Lunas y estrellas girar en acrobacias. Pasaron sólo dos tardes juntos. Dos maravillosas e inolvidables tardes de lluvia y de sol, de ternura y de asombro. La incrédula creía que estaba equivocada. Comenzaba a reflexionar en su teoría.
Pero, un día, de golpe... La bruja llamada Vida, vino para atormentar el sueño. Cual sortija de calesita, el amor pasó rozando las manos de la joven, que creyó poder atraparlo.
Pero la maldita, maldita Vida, una vez más, echó una carcajada irónica sobre el rostro de la triste y afligida tonta! Y se llevó el amor bien lejos, para que la muchacha nunca más vuelva a dudar.

 Y aun le cuesta, pobre, decepcionada, aturdida. Sigue perdida y confundida en un mar de risas. En un amor, que nunca existió. Porque no existe el amor.




 Y ya me arrepentiré de esto que escribo, porque es más basura que lo anterior. Pero bueno, al menos algo para empezar el año, y para retornar a Baires, con este aire espeso, nauseabundo, molesto. A esta rutina incansable, a este vacío que duele.



.2010.

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