"Ella Fantasma".
A veces, las ganas de no existir la agobiaban y hasta descomponían.
Cuando era chica, recordaba, amaba recorrer los parques del barrio con la cara pintada de blanco y envuelta en una sucia sábana gris, gritándole a sus amigos "estoy muerta, quiero que me teman". Y ellos corrían despavoridos a sus casas y comentaban la historia de "Ella fantasma".
Ahora, al pasar los años, se sentía un fantasma. Sin existencia aparente, nula y desierta entre la multitud, intentando hacerse ver sin asustar a "los".
A veces se sentía una descarada, porque intentaba llamar la atención de alguien... de ella misma.
En estos días, hubiese querido no ser temida, no ser sombra. Pero, apenas lo pensaba... amaba ser un monstruo transparente y escurridizo, le encantaban las caras de espanto.
Disfrutaba ser algo increíble, pocas veces visto, raro, mítico, supersticioso.