sábado, 28 de marzo de 2015

Deseos y realidad...

-Quiero conocer África, o al menos ver un león correr libre, en vivo y en directo. Que parezca vital y feliz, no como los del zoológico.


-Quiero vivir en un pueblo, que parezca lejano pero que quede algo cerca, que sea familiar y poco hostil, ajeno pero propio, de atardeceres coloridos y campos o sierras.

-Quiero educar a los niños de ese lugar, y hacerlos sentir importantes, ayudarlos a cambiar el futuro.

-Quiero poder cantar y escuchar mi música preferida debajo de un árbol.

-Quiero tener una linda biblioteca de madera lustrada, donde poner mis más preciados libros.

-Quiero que me regalen libros o cd’s, nunca nadie se dio cuenta de que sería el mejor regalo para mi, en cualquier ocasión.

-Quiero tener un mural en el patio, y poder aprender a pintar.

-Quiero ser mamá. Y ojala poder tener un amor toda la vida.

- Quiero un hogar para mi familia, salud y felicidad para ellos.

- Quiero hacer dedo e irme de mochilera sola, a cualquier parte.

- Quiero conocer el mundo, y su gente. Sus paisajes y personajes. Al norte y al sur.

- Quiero vivir 110 años, bien vividos y llenos de recuerdos hasta el final.

- Quiero ayudar a los animales, cuidarlos y sanarlos, y hasta tener un hogar de perros.

- Quiero tener una escuela, única, con grandes ideas y grandes personas.

- Quiero acción y locura. No quiero una vida chata. Quiero vivir mi vida.

01/11/12
Me enfrente a tu mentira


Un dia, dormida sin saber

Como reaccionar

Ante tanta mala fe.



Tu voz temblaba muerta

Tus excusas ya disueltas

Sacudi mi alma al increparte

Ya no podes inventar mas.



Y corre a pedirle al demonio

Que lo cubra con su manto

que lo ayude a ser peor,

a saber dominar.



Me enfrente a tu mentira

Ya sin nada que perder

Y vi en tu alma el vacio

En tu voz poco poder.



En tu carruaje destartalado,

Que ganaste con hipocresía,

Huiste acobardado

Con el repudio de un pueblo

Que crees tu ganado.





Olorcito a libro

Escribo porque alguien alguna vez me dijo que tengo la capacidad de escribir todo lo que siento, de expresar lo que pasa por mi mente sin complicaciones… Y no creo que sea tan complicado, para nadie. Sólo hay que tomarse un rato y hacerlo.


A veces es difícil encontrar la palabra exacta, para que se interprete justo eso que se quiere decir. Por extraño que parezca, para mi no es igual decir angustia que tristeza, locura o paranoia.

Es lindo poner puntos, comas que den pie a continuar, un punto y aparte que produce el fin, o puntos suspensivos que dan ese aire de incertidumbre, de suspenso.

Me gustan esos maravillosos finales abiertos, que lo dejan a uno pensando e inventando, viajando en lo que podría ser, en lo imposible, con la esperanza de que pueda suceder lo que nosotros deseamos, y el ansia de que salga un segundo libro que nos confirme la loca historia. Y decir con orgullo: ¡yo lo sabía!

Mi tío una vez me dijo que, para elegir un libro, se debe abrir el mismo en cualquier parte, seleccionar un párrafo, luego una oración y leerla, y si nos llama la atención ese pequeño fragmento, es entonces ese libro el que debemos llevar. A veces me funcionó, pero prefiero leer una partecita del final, por ansiosa será. Si un final es atrapante, no importa el principio, ni abrir y encontrarse con una carta para Horario y no entender ni medio, ni quién es la maga o Rocamadour… uno quiere empezar a leer para llegar a ese final tan esperado, y cuando quedan pocas hojas por leer uno se va achicando, agarra el libro con menos frecuencia, espera que se agreguen más hojas mágicamente. Te dan ganas de no llegar al final. Ese es un buen libro… el que no queres terminar de leer.

20/10/14

Espejitos de colores.

Aprendiendo a remontar una vida sin vida. Un espejo vacío rodeado de rostros sin rastros.


A veces cuesta entender a los locos, pero qué más pueden hacer, si piensan diferente. Tan sólo eso, pensar algo diferente. Hacelo publico y ya, sos parte de ese conjunto que hay que aislar y someter.

Barbaridades creadas por un mundo irreal, de supuestos y expectativas. Todo gira en torno al gran sol de metal, ese que brilla más que el Sol real.

Y así ya nada más vale. Nada ni nadie tiene un valor que no se pague con papel.

Se crea una vida de laboratorio en la que todos adoran al nuevo dios del progeso y la “libertad”. Crean leyes, normas, restricciones, todo para protegerlo y apañarlo. Todo se nubla y se forma una nueva realidad que nada tiene que ver con la vida. El ser transmuta, el sentir se compra y se vende, los pensamientos se controlan y la vida, la real, desaparece.



En los hormigueros todos brindamos tributo a las reinas, sacrificamos la vida, toda, por ellas. Y morimos sin acercarnos a la verdadera vida, sin saber qué es vivir, qué es sentir, qué es lo esencial.